Oaxaca en cinco proyectos

Oaxaca en cinco proyectos


Oaxaca es uno de los estados más llamativos de México gracias a su gastronomía, arte, historia y paisajes, posicionándose como un destino turístico importante. Con los años se ha convertido en uno de los lugares favoritos del país para tener una residencia vacacional o, simplemente, desconectar del caos citadino; con ello, la arquitectura se ha disparado y la cultura oaxaqueña es la inspiración principal para cada construcción. 


Casa Altanera es una obra de Taller Alberto Calleja, un esquema de vivienda unifamiliar que se encuentra frente al mar de Puerto Escondido. La vivienda se distribuye en tres módulos, sin embargo, el comedor, la cocina, la sala de estar, la terraza y la piscina están unidos por medio de un espacio común. Las zonas se dividen por una fachada de madera móvil, que también resuelve las condiciones climáticas de forma independiente y sostenible. Las habitaciones se dividen entre la principal, para dos personas, y otras cuatro que en total pueden albergar a ocho personas. Uno de los factores más importantes del proyecto fue establecer un proceso de reforestación del área.

Cortesía: Marcos Calleja

Fotografía: Jesús A. Reyes

Evocando los antiguos templos aztecas, Casa Zicatela deslumbra a los aficionados por la arquitectura gracias a su composición y su vista privilegiada a los campos de agave y al Océano Pacífico. El genio detrás de esta oda al concreto: Ludwig Godefroy.

Desde fuera, el edificio parece una masa de hormigón completamente sólida, la cual, se abre al mundo con sus puertas de madera. Dentro se encuentra un patio/jardín armado con unas escaleras gruesas (gradas) que llegan al techo y sirven para sentarse o como lugar de exhibición de macetas. Uno de los objetivos de la construcción fue crear áreas que se conecten entre sí, para ello, unas pantallas de celosía recubren la sala de estar y se utilizan para cerrar el espacio o, bien, para dejarlo abierto creando continuidad con los jardines. En el mismo sitio se encuentra la cocina, que está situada en un extremo. Las habitaciones rodean a la piscina.

Fotografías: Rory Gardiner

Tadao Ando es uno de los arquitectos más representativos del momento y junto con el despacho BAAQ’ presentó Casa Wabi, una fundación creada por el artista Bosco Sodi para promover el intercambio de ideas entre los artistas, sin importar la disciplina. Todo el proyecto fue realizado en concreto y palapa, sus instalaciones incluyen seis habitaciones privadas, dos estudios compartidos, un cuarto designado para proyecciones, una galería, un jardín para esculturas y áreas para la recreación.

Wabi viene del japonés “Wabi Sabi”, un concepto que invita a encontrar la belleza en la imperfección, en el accidente, en lo efímero y en la profundidad de la naturaleza.

Fotografías: Edmund Sumner

Casa Naila se encuentra en Puertecito, una pequeña comunidad costera en Oaxaca. Fue diseñada por BAAQ’ cuyo proceso creativo partió de definir dos ejes compositivos, creando un patio en forma de cruz que articula los cuatro volúmenes que conforman la residencia. El núcleo de la obra se concentra en las secciones de convivencia, conectándose con las alcobas privadas mediante el patio central y la piscina, logrando con esto una vivienda sencilla, estética y de bajo mantenimiento que puede hospedar hasta quince personas. En la planta alta los espacios se conforman por una estructura hecha a partir de bastidores de madera y hueso de palma, un material representativo de la zona. Los volúmenes en la planta baja son de concreto. La cocina fue uno de los ambientes más importantes del boceto, contando con una estufa de barro llamada Lorena, elemento tradicional en las zonas rurales del estado.

Fotografías: Edmund Sumner

Aislada del mundo, entre la selva oaxaqueña, se levanta Casa Volta, un trabajo de Ambrosi Etchegaray que invita al retiro de lo urbano y a sumergirse en un ritual con la naturaleza. Bajo la búsqueda de un lugar meditativo se construyeron tres módulos y tres terrazas que se conectan directamente, mezclando de esta manera la vida interior con la exterior.

La idea fue que todos los sectores cerrados tuvieran la posibilidad de abrirse, la cocina es un buen ejemplo de ello y, además, se conforma por una gran isla central y estanterías simples a lo largo de la pared. Entre los materiales que utilizaron se encuentra el ladrillo, expuesto dentro de las habitaciones. El techo está cubierto con una lámina de celosía para facilitar la circulación del aire y las puertas son corredizas de madera y caña.

Fotografías: Jaime Navarro

Foto de portada: Marcos Calleja